
Existen muchas políticas, cuando se habla de teatro político, suele tenerse la malformada idea que el teatro político ha de tener una adhesión a la política social, llámese Socialismo, comunismo, fascismo, extrema derecha, extrema izquierda; como ya lo mencionó Artaud en "A plena noche" el arte tiene su política y esta no debe -ni tiene por que- obedecer a los patrones de la política establecida socialmente. He aquí donde nos (me) aparecen nombres como los de Sacher Masoch o Donatien Alphonse de Sade, en los que no existe una macropolitica, por llamarlo de alguna forma, sino una política singular, corporal y propia que fragmenta y devela una sociedad oculta, una ideología anormal para poner en crisis la sociedad, es en este contexto que Lengua Sucia nos invita a cuestionarnos las actuales escalas valóricas, nuestra educación y relación con el cuerpo.
Dejo aquí un texto referente a Sade, no es el mejor, pero es el que encontré en PDF en este momento y sinceramente, no ando de animo de escanear el que
